Se estima que cada año se queman en Francia 400 000 personas(de las que más de un tercio son niños). Por lo tanto,es importante que todos los profesionales sepan hacer una valoración precisa de la herida. Con esta evaluación se puede derivar al paciente a un especialista si es necesario, quien propondrá un abordaje terapéutico para lograr una cicatrización óptima.
La profundidad de las quemaduras corresponde al nivel anatómico alcanzado, y se distingue entre:
• quemaduras superficiales (1er grado y 2o grado superficial): tratamiento médico y cicatrización sin secuelas;
• quemaduras profundas (2o grado profundo y 3er grado): por lo general, el tratamiento requiere la intervención de un cirujano plástico y la cicatrización tiene secuelas (Figura 7 y Tabla 3).
Lo primero que hay que hacer en caso de quemadura es enfriarla bajo el agua del grifo durante un tiempo prolongado (unos diez minutos). El alivio del dolor, en un primer momento, es esencial. También debe evaluarse el estado de vacunación antitetánica del paciente, como en el caso de cualquier herida.
Las quemaduras superficiales se deben tratar con:
• limpieza con agua y jabón;
• escisión de ampollas (excepto en las palmas de las manos y las plantas de los pies);
• vendaje diario con gasa vaselinada.
Figura 7. Clasificación de quemaduras por grados.
Tabla 3. Diferencias de aspecto clínico de la quemadura según el grado
La cicatrización se suele alcanzar en menos de dos semanas, si no es así, el paciente debe acudir a un centro especializado. El retraso en la cicatrización puede deberse a un diagnóstico inicial erróneo, ya que evaluar la profundidad no siempre es sencillo. Esto puede explicar el retraso de cicatrización y, en el caso de las quemaduras de segundo grado, justifica una reevaluación sistemática temprana a las 24-48 horas.
Las quemaduras profundas deben tratarse siempre en una unidad especializada de quemados para examinarlas y hacer un injerto de piel con rapidez.
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